miércoles, 8 de mayo de 2013

Ay, Romeo, Romeo

P.

Te he dejado por la mañana en el colegio bajo la sospecha de que anoche escogiste Romeo y Julieta para poder embelesar a tus compañeras de clase, tú, soltero empedernido de seis años, incorregible y confeso. No obstante he conocido de tu boca al recogerte el primero en importancia de los motivos: la punzada certera que te ha supuesto la representación teatral que la semana pasada hicieron de la obra los alumnos de Bachillerato. Ellos comenzaron su adaptación por la escena V del Acto Primero: nos acabamos de quedar a las puertas.

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